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Matriculació
La matriculación del Fervelectric, a fin de que pudiera circular normalmente como cualquier otro vehículo, supuso un largo proceso burocrático, lento y repleto de trabas. Si bien los primeros pasos se dieron ya en 1967, no fue al cabo de dos años que finalmente el Fervelectric recibió la placa número B-700.001. Así, pues, en 1969 se pudo ver el primer coche eléctrico fabricado en España que podía circular por las carreteras cumpliendo todos los requisitos legales.

Mientras se tramitaba su matriculación, Juan Ferret Carbonell tuvo que afrontar un obstáculo inesperado: Seat, el fabricante de coches español, presentó una denuncia contra FERVE por competencia desleal, ya que según Seat FERVE quería fabricar automóviles sin tener el permiso correspondiente. A consecuencia de esta denuncia, la Guardia Civil precintó el Fervelectric. Para aclarar la cuestión y tranquilizar a los responsables de Seat fue necesario declarar que el Fervelectric era tan solo un prototipo de coche experimental, y no el primero de una serie de automóviles para su producción en escala.